Tiempo sin escribir, y es que adaptarse a las nuevas rutinas, saborear los nuevos lugares, andar modo nomada, entre otras cosas inherentes a la migración, son excusa para mi ausencia temporal, vamos...excusa es excusa. El hecho es que me vine con mi música pa´otro lado.
Hace unos meses emprendi mi huida obligada desde mi tierra rumbo a las europas, cada vez que lo pienso se me hace un nudito en la garganta que va disminuyendo en la medida que pienso que fue lo mejor. Cosas que extraño?, todas. Desde el saludo matutino del señor de la panaderia, tan calido como su pan, el escudriñar la via y encontrar siempre un rostro familiar, sobre todo en el pueblo de donde soy, San Antonio de los Altos. Extraño esa fuerza, ese empuje, esas ganas del venezolano de echar pa´lante, el horario corrido (esto de las siestas no va con nosotros), la mano amiga y desinteresada en la calle, el hablar con desconocidos y despedirte a los cinco minutos como si se conocieran de toda la vida. Cada cosa que pienso mientras escribo me esboza la respectiva sonrisa, trasladándome a aquellas cosas que llevo dentro y que son mas que un mero gentilicio, son mas que un pedazo de tierra o un pasaporte, son la verdadera esencia de lo que somos, venezolanos.
Una de las cosas que mas nos cuesta a los mortales es desprendernos de esas pequeñas cosas que yo llamo anclas, esas vivencias que se quedan en la piel y en la mente, muchas de ellas las llevas por el resto de tus días. La musica es una de esas anclas que llevo encima, que no puedo desechar como lastre, la música de mi tierra es esa ola que llega a mi orilla todos los días. La música y los músicos venezolanos tienen esa firma que rara vez es tan particular, no solo hablo de nuestra música tradicional sino de todos los generos que tocados por la inspiración divina de los que han palpitado nuestra tierra son ejecutados tan vívidamente.
Cuando escuchas aquellas melodías de Vytas Brenner es difícil no imaginarte en el Orinoco cruzando en curiara, cuando lo que suena es La Misma Gente no puedes dejar de imaginar la lluvia en una montaña de los altos mirandinos, el estilo peculiar de Los Tomates Fritos, la calida voz de Yordano, Frank Quintero y sus armonias. Hay tantas cosas que nos conectan con nuestra esencia. Yo no soy esos de los que aprecian las cosas por guayabo, yo siempre estuve al lado de mi música y de mis artistas, y eso es lo que hace extrañarlos. Tome las previsiones de cargar mi iPod hasta mas no poder, lleno de Sentimiento Muerto, Desorden Publico y Zapato 3, la santísima trinidad de nuestro rock. También llevo conmigo muchos bytes de Guaco, Simon Diaz, Elisa Rego, Aditus, Pedro Castillo, Tempano, y muchas bandas de la nueva ola, esa ola refrescante como Los Mesoneros, La Vida Boheme, Los Paranoias, Atkinson. La parte mas cruda, musicalmente hablando, la tengo que llevar si o si, La Seguridad Nacional, La Leche, Los Gusanos, Dermis Tatu, Yatu, y es que nuestra historia no esta completa sin ellos.
Ya quisiera hacer un inventario de bandas y artistas, pero se tornaria interminable, y es que la banda sonora de la vida de cualquier venezolano esta hecha de ellos y sè que seria redundar.
Yo por mi parte, prometo seguir escribiendo, actualizar esta suerte desahogo semanalmente y compartir las peripecias de un venezolano en Madrid.
1 comentario:
Excelente escrito, la verdad eres la Encarta 97 del abanico musical venezolano. En mi ir y venir entre Barajas y Maiquetía son muchas cosas que me han arrugado el músculo cardíaco, definitivamente emigrar de Venezuela es como romper con el amor de tu vida porque tu suegro pensaba ahorcarte por el escroto.
Pero cada vez que escuchas a tus coterraneos a miles de millas del lugar que escuchó por vez primera tus gritos y sollozos se te revuelve lo mas recondito del rincón de los sentimientos, casi como leyendo las cartas de ese amor que tuviste que dejar.
Eres representante fiel del más puro gentilicio venezolano, junto a la clase del 94 seguramente podrían ser embajadores turísticos de Venezuela y lograrían abarrotar los counter de todas las aerolíneas que llegan a Venezuela desde todos los afortunados lugares que escuchan de nuestra hermosa madre patria.
Gracias por mantener oxigenada la flama que conserva lista para consumir toda nuestra música, que nadie pueda olvidar todos los talentos que hemos tenido, hemos escuchado y coreado hasta quedarnos roncos. En fin bro, gracias por escribir de la forma que lo haces, bendiciones para ti y los tuyos.
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